Si lo pensamos bien, el mercado y las tendencias de los usuarios a la hora de comprar no son tan fáciles de predecir como puede parecer en primer momento. Nos referimos, por ejemplo, a una encuesta realizada hace unos meses por el blog especializado iDownloadBlog, en el que siete de cada diez encuestados aseguraba que jamás comprarían un iPad que tuviese una pantalla con densidad de píxeles inferior a la Retina Display.
Tras el lanzamiento del iPad Mini este otoño, miles de voces se alzaron decepcionadas por su precio y por sus prestaciones, y hasta un 50 de los encuestados declaraba que jamás se comprarían un dispositivo como el tablet de 7,9 pulgadas de Apple. Es más, cuando preguntamos a los niños, ellos también lo tienen claro: quieren un iPad de los grandes, es decir, el iPad 4.
No obstante, dejemos por un momento las encuestas para analizar los datos reales. Resulta que las estimaciones de consultoras como NPD DisplaySearch, revelan que el iPad Mini está arrasando en ventas en detrimento del iPad de cuarta generación, doblando la previsión de seis millones de unidades para el último trimestre de este año.
La razón parece ser la siguiente: la gente se está dando cuenta del enorme potencial del iPad Mini, por un precio significativamente menor que el que de su hermano de 9,7 pulgadas. De hecho, es el modelo básico WiFi de 16 GB de almacenamiento el que está liderando las ventas. Su ligereza y su manejabilidad están encantando a los usuarios, y el boca a boca está dándole un empujón a la maquinaria de marketing de Apple.
Así que, de acuerdo con estos análisis, se estiman unos 50 millones de iPad Mini vendidos el año que viene, y otros 50 millones de unidades para los otros modelos disponibles (iPad 4, iPad 2 y un futuro sucesor de éstos). Esto convertiría al tablet de 7,9 pulgadas de Apple en su iPad más exitoso hasta la fecha.
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